El aire se inhala por la nariz, donde se calienta y
humedece. Luego, pasa a la faringe, sigue por la laringe y
penetra en la traquea.
A la mitad de la altura del pecho, la traquea se divide
en dos bronquios que se dividen de nuevo, una y otra vez , en
bronquios secundarios, terciarios y, finalmente, en unos 250.000
bronquiolos.
Al final de los bronquiolos se agrupan en racimos de
alvéolos, pequeños sacos de aire, donde se realiza
el intercambio de gasescon la
sangre.
Al inspirar y espirar realizamos ligeros movimientos que
hacen que los pulmones se expandan y el aire entre en ellos
mediante el tracto respiratorio.
El diafragma hace que el tórax aumente su
tamaño, y es ahí cuando los pulmones se inflan
realmente. En este momento, las costillas se levantan y se
separan entre sí.
En la espiración, el diafragma sube, presionando
los pulmones y haciéndoles expulsar el aire por las
vías respiratorias. Es cuando las costillas descienden y
quedan menos separadas entre sí y el volumen del
tórax disminuye.
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